
Uno de los principales problemas a la hora de construir o alquilar un almacén es la ubicación. Este es un factor que influye y, lo que es más importante, en la estrategia de la empresa. Por lo tanto, puede ser crucial para el éxito o el fracaso del negocio.
El proceso de decisión sobre la ubicación de un almacén será más largo y complicado cuanto mayor sea la empresa y, por tanto, mayor sea su sistema de distribución.
Ubicación de almacén según características del producto
Se deben tener en cuenta tres factores a la hora de analizar las características del producto que pueden influir en la ubicación del almacén: durabilidad, estabilidad intrínseca y manejabilidad.
Durabilidad
Esta característica determina qué tan cerca deben estar los almacenes de distribución a los puntos de consumo. Por ejemplo, si tu empresa opera en el emporio comercial de la Victoria o muy cerca de él, será mejor que busques almacenes en Gamarra.
Estabilidad intrínseca
La estabilidad intrínseca se refiere a la estabilidad del producto en sí, lo que puede afectar su transporte y seguridad. Si el producto es intrínsecamente muy inestable, necesitará instalaciones especiales de almacenamiento, ya que su almacenaje podría afectar la seguridad física del lugar e incluso la salud de los residentes cercanos.
Manejabilidad
Las opciones de manipulación de un producto y la facilidad con la que se puede manipular pueden ser características restrictivas en cuanto al número de movimientos que se pueden realizar con el artículo. En este sentido, si buscas alquilar un depósito para guardar, por ejemplo, el kit de sellos hidráulicos que tu empresa comercializa, es importante tener en cuenta que son un producto industrial, sencillo de transportar, y no muy pesados.
Capacidad de fabricación
La capacidad de fabricación de la industria atendida por el almacén determina la cantidad de bienes que deben almacenarse. Este es un factor relativo, que también debe evaluarse en función de la demanda de ese producto en particular.
Grado de procesamiento del producto
No todas las industrias tienen el mismo grado de procesamiento de productos, ya que esto depende de su especialización, de su preparación y, sobre todo, de su capacidad. Para estudiar la posible ubicación del almacén, este factor se puede dividir en tres niveles: bajo, medio y alto.
Los bajos niveles de procesamiento están presentes en industrias que se limitan simplemente a clasificar y envasar la materia prima.
Un nivel medio de procesamiento es donde las materias primas se reciben, clasifican y transforman en varios productos diferentes.
Finalmente, las industrias con un alto grado de procesamiento también están muy influenciadas por la cantidad de producto obtenido.
La red de distribución necesaria
La composición y disponibilidad de la red requerida para vender un artículo influirá en la ubicación, el número y los tipos de almacenes necesarios. La distribución de una red comercial es un factor decisivo a la hora de diseñar un almacén.
Si la red comercial está formada por agentes de la empresa, es necesario asegurarse de que estén correctamente posicionados dentro del territorio. De esta forma se evita, en la medida de lo posible, la necesidad de crear más almacenes de tránsito de los estrictamente imprescindibles, y que el tiempo necesario para abastecer los puntos de consumo refleje perfectamente la demanda.
En cualquier caso, tanto para la distribución física como comercial es posible operar sin centros intermedios o regionales, trabajando solo con un almacenaje central, si se cuenta con un buen servicio de transporte y distribución.
Los servicios también pueden ser subcontratados a un operador logístico, quien gestionará el transporte y la distribución, e incluso almacenes en alquiler y picking de los pedidos si así se requiere.