
(Perú 21) Si la economía crece menos de 4.3%, la actividad no será suficiente para absorber a la nueva mano de obra que busca incorporarse al mercado laboral cada año. Los más entusiastas auguran un crecimiento de 4.3% para 2015 y los más realistas apenas 3%. Eso significa que el desempleo se incrementará y, con él, el descontento y las exigencias sociales sobre la billetera de un Estado que, además, recibirá menos ingresos.
La suspensión de proyectos de inversión extranjera (producto de la caída de los precios internacionales de las materias primas, no de una izquierda instigadora, sin representatividad ni peso), y la consecuente reducción de los ingresos por canon minero para las regiones (se calcula S/.1,380 millones menos que en el 2014) ya empiezan a generar la cancelación y paralización de proyectos. Entonces, cae la demanda por trabajadores, se exacerba el descontento y la conflictividad.
Dos constructores me comentaban su preocupación por la disminución de las ventas porque ambos financian sus edificios con créditos que pagan con ellas. Y ya empezaron a considerar bajar sus precios para poder devolverle el dinero al banco (que jamás espera). Valdría la pena mirar cómo van los ingresos por alcabala en las municipalidades.
Ayer también, el presidente de Apega, organizador de Mistura, dijo que la feria recibirá menos gente este año que en el 2014 debido al cambio de sede. El año pasado, dijo, la caída en el número de visitantes esperados se debió al tráfico.
Quizá tenga que ver con los precios y con el hecho de que cada peruano con tarjeta de crédito debe S/.8,000 cuando en promedio gana S/.1,500.
O se acabó el ‘boom’ de la clase media consumidora y ahora toca devolver.