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LA CREATIVIDAD

Por Armando Avalos
En una oportunidad cuando viajé a Huaraz, mi ex corresponsal me invitó a un pueblo llamado Huasta y la intención era hacer un reportaje que se iba a titular “Huasta la ciudad de los Quesos”. Pues resulta que cuando llegué al pueblo, casi todos los habitantes se habían ido a una fiesta patronal de una comunidad cercana así que no tenía en realidad pueblo. Pedí que me trajeran queso para ver si armaba el informe por ese ángulo pero los pobladores se habían llevado casi todo el queso a dicha fiesta regional.

En conclusión: Tenía que hacer un reportaje de un pueblo que hacia queso sin pueblo ni queso. En ese momento me puse a observar lo que había en el pueblo y descubrí que por todas sus calles había muchos burros. Cientos de burros. Pregunté al alcalde y resultaba que los burros eran una pieza clave en la cadena productiva del queso en esa localidad porque con estos animales transportaban el producto a las comunidades alto andinas donde no había carreteras. Es más, había más burros en Huasta que gente. Tenían inclusive un paradero para burros. De esta manera, hice mi reportaje como Huasta la ciudad que tenía más burros en el país.

El reportaje fue un éxito y me reforzó algo que siempre propugno. Ser creativos es poner a jugar nuestra inteligencia para encontrar soluciones insospechadas. ¿Se nace con creatividad o uno se hace creativo en el camino? ¿Todos podemos ser creativos? La creatividad nace del deseo de ser diferente. Por ello tiene una raíz que surge de la voluntad y de nuestra constancia. La forma que adopta varía según nuestras aptitudes. Es un hecho irrefutable que existen varios tipos de inteligencia. Por lo tanto, hay múltiples formas de ser creativos. La cuestión está en descubrir nuestra fortaleza y luego trabajar en ella.

Una de las cosas fascinantes de poner en práctica nuestra creatividad es que nos da una sensación de una vida más plena. Científicos afirman que solo el sexo, los deportes, la música y el éxtasis religioso dejan huellas tan profundas en el alma de la persona como el crear algo.

La música, el sexo, los deportes y el éxtasis religioso suelen ser efímeros, pero el crear algo propio nos conecta con el mundo y sobre todo nos da un gozo personal y confianza en uno mismo.

Una vez le preguntaron al poeta György Faludy porque se dedicó a la poesía y dijo: “Porque tenía miedo a morir”.
La creatividad nos abre el camino a la inmortalidad. No física, pero si a perpetuarnos a través de una obra. Es una brújula que nos ayuda a orientarnos en nuestra búsqueda de un propósito en la Tierra.

Y crear algo, no tiene que ser necesariamente una obra maestra ni algo revolucionario. Tiene que ser algo que nos divierta y nos emocione. La creatividad puede manifestarse de las formas más variadas. Hace poco, por la pandemia algunas galerías de arte lanzaron el reto al público de recrear escenas de cuadros famosos y la verdad la respuesta fue masiva y con muestras extraordinarias de creatividad, no de artistas consagrados sino de oficinistas, de amas de casa, de jubilados o niños. Muchos que “descubrieron” en la crisis sanitaria la gran inventiva que tenían y permanecía dormida. El otro día me conmovió las obras artísticas que realiza un fotógrafo norteamericano con frutas y luego me quedé fascinado con las escenas que montaba otro fotógrafo con juguetes de la película Los Vengadores.

Divertirse haciendo los que nos gusta es un privilegio que debemos buscar. El inventor norteamericano Jacob Rabinow dice en se sentido:” Este es un mundo duro; el dinero es importante. Pero si tengo que escoger entre lo que me resulta divertido y lo que da dinero, me quedo con lo divertido”.

Otra de las cosas que nos ayudan a potenciar nuestra creatividad es la actitud y no desanimarse. No hay obra que no sea el fruto de cientos o miles de errores. La perfección de algo que realicemos es el premio a la voluntad.

El psicólogo Mihály Csikszentmihalyi, uno de los más reconocidos estudiosos de la creatividad sostiene que “una vida creativa sigue estando determinada. Pero lo que la determina es una voluntad que avanza a través del tiempo: la honda determinación de tener éxito, de dar sentido al mundo, de usar los medios que sean precisos para desenmarañar alguno de los misterios del universo. Si los padres son cariñosos y estimulantes, estupendo, eso es precisamente lo que un hijo o hija necesitan para construir el futuro. Si los padres mueren, es terrible, pero ¿qué puede hacer un niño pequeño? Lamer las heridas y sacar de ello el mejor provecho que pueda”.

Csikszentmihalyi explica que además de voluntad, para ser creativo hay que ser apasionado. El crear con pasión será algo más motivador que el ganar dinero inmediato. “Alguien que esté motivado tan solo por el deseo de hacerse rico y famoso podrá luchar duro para abrirse camino, pero rara vez tendrá incentivo suficiente para trabajar más allá de lo necesario, para aventurarse más allá de lo que ya se conoce”, sostiene

Además, sostiene el especialista que los “individuos creativos no tienen profesiones, las crean”. Antes de Sigmund Freud no había psicoanalistas, antes de Max Planck no había físicos cuánticos. Abrir nuevos caminos en la ciencia, en el arte, en la vida, necesita de gente creativa.

Tenga la profesión que tenga, tenga la edad que tenga, tenga la condición social que tenga, usted puede aflorar o despertar el enorme ser creativo que tiene en su interior. Solo usted puede hacer que cobre vida o vuele. No permita que otros le digan que no puede. Los que lo desaniman suelen estar movidos por la envidia y el recelo. Aquellos que no fracasan son los que usualmente no hacen nada. Solo los que se llenan de valor para hacer algo son los que logran avanzar en la vida.

Por MAURIPOOL