Un brutal ataque armado dejó gravemente herido a Alejandro Vargas Antezana, de 49 años, chofer de la empresa de transportes Santa Catalina, quien fue baleado en plena ruta en el distrito de San Juan de Lurigancho (SJL). Este lamentable suceso ocurrió en un contexto de paro convocado por un sector de transportistas, precisamente para protestar contra la creciente inseguridad ciudadana que azota al sector.

Fuente. Agencias
Según el testimonio de sus familiares, el agresor abordó el bus haciéndose pasar por un pasajero común y, de manera sorpresiva, disparó contra el conductor, impactándolo a la altura de la mandíbula. A pesar de la severidad de la herida, Vargas Antezana demostró una increíble fortaleza y determinación al continuar manejando el vehículo hasta llegar por sus propios medios al Hospital de San Juan de Lurigancho, donde actualmente se encuentra internado y a la espera de una cirugía crucial. Su hermano, Armando Huallpa, confirmó que la bala permanece alojada en la parte izquierda del rostro.
Ante la gravedad de la situación y la necesidad de atención especializada, los familiares del conductor han solicitado su traslado urgente al Hospital Hipólito Unanue, ya que el nosocomio de San Juan de Lurigancho no cuenta con un neurocirujano disponible para atender su caso.
Aunque no se descarta que este ataque esté vinculado con las mafias de extorsión que operan en el transporte público, los parientes señalaron que, a diferencia de ocasiones anteriores, en los últimos meses no habían recibido amenazas directas.
Este trágico incidente reaviva el debate sobre la alarmante ola de violencia que sigue golpeando al transporte público en Lima. La falta de seguridad para los conductores y pasajeros es una preocupación constante que requiere acciones inmediatas y contundentes por parte de las autoridades para garantizar la tranquilidad de quienes utilizan y operan este servicio esencial.

