Las intensas lluvias que azotan la región de Pasco dejan una serie de emergencias que mantienen en alerta a las autoridades y pobladores. Desbordes de ríos, deslizamientos de tierra y daños en infraestructura crítica.
Desborde del Río Huallaga arrasa con viviendas en Ticlacayán
Según el informe del Centro de Operaciones de Emergencia Regional de Pasco, el desborde del río Huallaga, producto de las lluvias torrenciales, impactó severamente el centro poblado de Yanapampa y el caserío 30 de Agosto, en el distrito de Ticlacayán.
Walter Tiza responsable del Coer dijo que más de 10 viviendas de material noble resultaron afectadas, dejando a varias familias en situación de vulnerabilidad. Las autoridades de Gestión de Riesgos de Desastres, junto con la Plataforma de Defensa Civil y Serenazgo, se desplazaron de inmediato para realizar la Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades
De otra parte el Coer informó que en el distrito de Yanacancha, el desborde del Río Huallaga no dio tregua y afectó el cerco perimétrico de una vivienda en el barrio Chosica, perteneciente a la comunidad campesina de La Candelaria. El equipo de Gestión de Riesgos de Desastres, acompañado por autoridades locales, realizó una inspección en la zona para evaluar los daños. De otra parte informaron que dos tramos del cerco perimetrico del cementerio general con longitudes de 6 y 11 metros lineales se han visto afectados.
En el distrito de Yanahuanca, provincia Daniel Alcides Carrión, un deslizamiento de tierra afectó una vivienda de material rústico (adobe) en el barrio Fátima, provocando la pérdida de muebles y enseres. El equipo de Gestión de Riesgos de Desastres, junto con Serenazgo, realizó una evaluación de daños y coordinó con el gobierno local para brindar apoyo humanitario a la familia afectada.
Las lluvias no dan tregua en Pasco, y evidencian la vulnerabilidad de la región ante los fenómenos naturales. Las autoridades continúan evaluando los daños y coordinando acciones para brindar ayuda humanitaria y reconstruir lo afectado. Sin embargo, la magnitud de los desastres exige una respuesta rápida y efectiva para evitar mayores consecuencias.