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Por Roberto Carlos QUINTANA VILLAVICENCIO
Lic. En filosofía
Estos días algunos han criticado a un alcalde que no bebe, no baila, ni fuma; y como es su institución que organiza la Herranza Andina junto con la comunidad campesina adrede ha sido puesto en vitrina y cuestionado por esta pose conductual.
En campaña fue duramente tratado por esta posición ideológica, pero aun así la mayoría de los Ranqueños lo eligieron como su alcalde, su autoridad, previendo que de un alcalde más que bailar bien, beber con todos y fumar a la tierra, se espera obras, progreso y honestidad.
Sin embargo hay sectores intransigentes que reclaman un modelo medieval de sus alcaldes, llegan a tal inmadurez de exigir que sus autoridades sean de tal religión, no han evolucionado estos individuos ya que el Perú es un país laico por ley y por convicción, ya no es exclusivo de una sola creencia doctrinaria.
Las costumbres y vivencias de un pueblo deben ser respetadas, pero no impuestas, deben ser apreciadas pero no exigidas, veneradas por aquellos que las siguen, pero no por los otros que tienen una concepción doctrinaria desemejante y quizá más progresista.
Hace años el estilo de vida evangélico era duramente cuestionado por la mayoría de la sociedad, pero ya han pasado años de eso, y la sociedad la ha aceptado, inclusive como una manera de salvar ciudadanos del mal hábito, algo que la doctrina religiosa mas antigua no ha podido sanar, hoy incluso los padres desean que sus hijos e hijas estén en un culto que en una discoteca, en un retiro espiritual que en una juerga bacanal, en un campamento de scouts que en un viaje juerguero.
Hoy, la concepción religiosa es diversa en nuestra sociedad, desde el catolicismo conservador hasta el liberalismo evangélico y el ateísmo pragmático; donde es vigente la idea de que la vida es una y se disfruta, y donde la fiesta de los sentidos es la que determina el caminar de cada poblador, nuestra sociedad es entonces cosmopolita no solo en la tradición cultural, y en la presencia de hábitat de gente venida de diversos lugares del planeta, sino también es cosmopolita por la variedad de cultos, de misas, de hábitos ancestrales; a decir de algunos es un ecumenismo y a la vez un secularismo practico el que vemos a diario.
Muchos van a la herranza pero solo ven y admiran, no te aceptan doctrinariamente tu verso a la pacha mama, para ellos eres un objeto turístico, otros van y participan del carnaval cerreño o de otra índole, pero eso no le hace parte ideológicamente de su concepción de vida; en este mundo donde la mayoría es pragmático, si danza herranza es por su chamba que tiene que proteger, si juega carnaval es por su situación laboral que tiene que defender, pero no necesariamente lo es por un tema de principio ;gente de principio que vela por la pachamama y que fomenta el carnaval por doctrina es en verdad rara , consecuente pero poca al final.
Sino pues respondámonos si cada domingo que lugar está más lleno de personas, ¿la misa?, ¿los cultos? , ¿Los salones de baile?, somos una sociedad descarriada para los evangélicos, apostata para los católicos, ingenuos para los secularistas.

Por MAURIPOOL