A pesar de la coyuntura nacional, esta semana la empresa Southern Copper Corporation confirmó que alista una nueva fundición y refinería de cobre en el sur peruano, para procesar los concentrados de sus nuevos proyectos y de otras minas del país. Esta, sin duda, es una excelente noticia que refleja la confianza de los inversionistas por seguir apostando por nuestro país.

Ello quiere decir que Perú contará en poco tiempo con su segunda fundición de cobre, algo que resulta importante debido no solo a la inversión que desembolsará la empresa para su construcción (USD 1,350 millones), sino también por el impacto económico en el mediano plazo que se traducirá en más impuestos, más canón y más beneficios para el país.

Como se sabe las inversiones en refinerías son inversiones muy grandes que requieren mucho volumen y mucha masa crítica para asegurar su funcionamiento y no tener los hornos vacíos en un futuro. Es un tema que requiere estudiarse bien e ir de la mano con desarrollo de infraestructura, sobre todo en un contexto donde existe un exceso de fundiciones a bajo costo en el mundo, como en China.

Vemos que Southern Copper realizó un análisis previo de sus capacidades en base a la ampliación de sus actuales operaciones (Toquepala, Cuajone) y el avance de sus proyectos en cartera (Los Chancas, Michiquillay y Tía María), lo cual le garantiza cierta tranquilidad. Además, la compañía informó que podría procesar los concentrados de minas como Cerro Verde, Las Bambas o Toromocho.

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